Enfermos y salud
¿Quién puede recibir el Sacramento de la Unción de enfermos?
- El enfermo grave: Se trata de una enfermedad grave y no de peligro de muerte. La cercanía de la muerte supone gravedad, pero no toda gravedad supone cercanía de la muerte. No hay que esperar que el enfermo se encuentre próximo a la muerte.
- El que va a ser operado: Aunque no sea a vida o muerte, antes de que el enfermo pase a quirófano.
- Los ancianos, los tullidos, ciegos, paralíticos, los enfermos crónicos: La unción les procura la salud del hombre total.
- Los niños enfermos con uso de razón.
- – Los enfermos mentales: Que cayeron enfermos después de hacer uso de su razón.
Jesús quiso que la Iglesia continuara el servicio a los enfermos que él había ejercido con tanto cariño y misericordia. Dio la orden de visitar y curar. Para animarnos al esfuerzo, afirmó que en el enfermo visitado es visitado él mismo. Y como culminación de este servicio de la Iglesia, nos dejó un sacramento especial para la enfermedad. Nos dice el apóstol Santiago:
“¿Está enfermo alguno de ustedes? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que recen por él y lo unjan con el óleo en el nombre del Señor; y la oración de la fe salvará al enfermo y si ha cometido pecado le perdonará”.
Sant 5, 14-15
Jesús, Buen Samaritano,
que viviste aliviando el sufrimiento
de quienes encontrabas en el camino,
como expresión de la misericordia del Padre.
Nuestro mundo arde en deseos de eternidad,
pero el camino de la vida es largo y tortuoso:
hay violencia, desgracia y desesperanza.
Nuestro mundo sufre.
Ayúdanos a bajar a lo profundo del corazón,
donde habitan las carencias
y se descubren las necesidades,
donde se escucha el grito del dolor,
la voz de quien sufre y necesita.
Danos entrañas de misericordia,
para que no demos rodeos ante los que sufren
y sepamos caminar
con los ojos del corazón abiertos
para ayudar a quienes nos necesitan.
Haznos, Señor, buenos samaritanos
para que el mundo descubra en nuestra vida
el rostro misericordioso del Padre.